El exjuez, hijo del magistrado Faustino de Urquía, que presidió la Audiencia de Alicante, cumple con los requisitos mínimos que el Código Penal establece en el artículo 81 para que su pena de cárcel no se ejecute, pero la última palabra la tenía el tribunal que lo sentenció en primera instancia. Para mantenerle libre, el TSJA le ha puesto como condición que no vuelva a delinquir en los próximos tres años. Urquía ha podido beneficiarse de esta medida porque su pena no supera los dos años y carece de antecedentes penales computables. Otro de los requisitos era satisfacer las responsabilidades civiles, y en este caso no las hay.
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