Debbie, una estadounidense de Long Island de 47 años, fue despedida después de haber donado un riñón a su jefa, Jackie Brucia, de 61. "Me sentí traicionada, fue una experiencia muy dolorosa y horrible", explicó la mujer, divorciada y madre de dos niños. Brucia, según el relato de Debbie, le contó sus problemas de salud y ella le dijo que si era necesario estaba dispuesta a ser ella la donante.
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