31 de marzo de 2012

La dramática imagen de la encargada de una tienda cuando era atacada da la vuelta al mundo

«Me acerqué para mirar tras el escaparate y vi a un joven, al que podría perfectamente reconocer pese a que llevaba la cara medio tapada, pegado al escaparate para ver si había alguien dentro. Nos vio y marcó la tienda con pintura roja», describía Mireia. A continuación vino otro grupo y empezó a destrozar el escaparate. «Soy madre. Lo normal sería correr hacia dentro, pero no podía evitarlo. Me rebajé, tuve un sentimiento de humillación brutal cuando con las manos juntas les supliqué que nos dejaran en paz. Les era igual. No pararon. Una compañera escribió en un cartón que había una niña dentro. La vio uno de los jóvenes, me pidió perdón y forzó al que parecía el cabecilla a que nos dejaran en paz», relataba Mireia, a quien ayer le iban saliendo a borbotones unos recuerdos que aún no había podido digerir. Como cuando una de las agresoras, con la cara descubierta, le hizo un corte de mangas o cuando parte del grupo jaleaba pidiendo más violencia. 
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http://www.elperiodico.com/es/noticias/barcelona/dolor-una-madre-1606994

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